Cuadernos de Medicina Forense
LA SALUD MENTAL INFANTO-JUVENIL Salces Rodrigo MT Cuad Med Forense. 2023; 26(1):41- 4 7 46 CUADERNOS DE MEDICINA FORENSE AS O C I AC I Ó N D E M É D I C O S FO R E N S ES D E A N DA LU C Í A S O C I E DA D A N DA LU Z A D E M E D I C I N A L EG A L Y C I E N C I AS FO R E N S ES ( A M FA- SA M E LC I F ) Para desarrollar estas arduas tareas que co- rresponden a padres y madres para ejercer adecuadamente sus responsabilidades se ne- cesitan políticas de apoyo al ejercicio positivo de la parentalidad. Por otro lado, la Institución ha reclamado una actuación específica de prevención del suicidio de la población infantil y juvenil en Andalucía. Este fenómeno representa un grave problema de salud pública y una tragedia que afecta a las familias, a las comunidades y a los países. Sin embargo, no es un asunto al que se le esté otorgando la relevancia que requiere en las agendas políticas. Muchas son las razones que justifican esta ausencia de protagonismo de un tema tan sumamente delicado pero, sin duda, entre aquellas, se encuentran la ausencia de sensibilización social sobre la importancia que reviste como problema para la salud pública y, de modo singular, el tabú existente que impide tratar y hablar del asunto abiertamente. Hemos de partir de la base de que la conducta suicida es compleja. Se encuentra asociada a factores de riesgo y vías causales múltiples e interrelacionadas de tipo biológico, psicológi- co, socioeconómico y/o cultural. Dichos facto- res abarcan los niveles individuales, interper- sonales, comunitarios y sociales que, además, pueden cambiar con el tiempo. En concordancia con lo señalado, esa difícil ta- rea de lucha contra el fenómeno debe comen- zar por aumentar la sensibilidad de la sociedad y superar los tabús para avanzar en la preven- ción del suicidio. Sería necesario también disponer de datos ri- gurosos y convenientemente tratados sobre el número de suicidios y los intentos de suicidio que se producen al año. Para mejorar estos da- tos estadísticos algunos países hacen constar los suicidios en los registros civiles y los intentos no consumados en los registros hospitalarios. Muchas son las acciones que han de ponerse en práctica con el propósito de evitar los suici- dios en la población. Es por ello que la Defen- soría ha reclamado un Plan para la Prevención del Suicidio en la población infanto-juvenil con entidad propia y medidas claras y consensua- das. Una Estrategia que contenga los presu- puestos y recursos para implementar las medi- das necesarias para su control. En el momento de elaboración de este docu- mento existen distintas iniciativas por parte de la administración sanitaria. Es el caso de la Adenda 2021 al III PISMA, en su objetivo 6, que establece la elaboración del Plan andaluz de prevención de suicidios. El trabajo se basa en homogenizar los planes y líneas de actuación ya existentes en las diferentes unidades de gestión clínica. Pues bien, ahora este instrumento para comba- tir el suicidio en la población joven resulta más necesario que nunca porque la pandemia ha desbordado los problemas de salud mental, en un área que históricamente viene adoleciendo de múltiples deficiencias y carencias. Finalmente, otra medida demandada por la Institución se ha centrado en el incremento de las plantillas de Psicología y Psiquiatría del sistema sanitario público de Andalucía que evite la saturación de los recursos, tanto en Atención Primaria como en la Atención Espe- cializada, de manera singular en las Unidades de Salud Mental Infanto Juvenil, que haga po- sible que cada menor pueda recibir la atención psicosanitaria con la frecuencia que precise. Las propias sociedades científicas implicadas en el cuidado de la salud mental de meno- res llevan desde hace tiempo proponiendo aumentar los recursos de atención para las patologías mentales, tanto a nivel hospita- lario como también en Atención Primaria y, además, ajustar el número de plazas hospi- talarias y seguir desarrollando programas de hospitalización de día y domiciliaria para ca- sos seleccionados. CONCLUSIÓN La atención a la salud mental de la población infantil y juvenil, a pesar de los avances con- seguidos en la materia, constituye desde hace mucho tiempo una asignatura pendiente para los poderes públicos. Las deficiencias del Sis- tema han quedado más patentes tras la pande- mia porque la Covid-19 ha puesto en evidencia con toda su crudeza la ausencia o escasez de recursos especializados dirigidos a la infancia y adolescencia con problemas de salud mental y a sus familiares.
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