Cuadernos de Medicina Forense
48 EVALUACIÓN MÉDICO-LEGAL DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL Rodríguez Almada H, et al. CUADERNOS DE MEDICINA FORENSE A S O C I AC I Ó N D E M É D I C O S FO R E N S E S D E A N DA LU C Í A S O C I E DA D A N DA LU Z A D E M E D I C I N A L EG A L Y C I E N C I A S FO R E N S E S ( A M FA - SA M E LC I F ) Cuad Med Forense. 2024; 27(1):43- 56 cuerpo extrano, higiene defectuosa o excesiva, o autoestimulacion. El flujo vaginal (excepto si es resultado de una infeccion por contagio ve- nereo) no debe considerarse un signo relevan- te de abuso sexual, aunque debe ser una alerta y justificar la investigación de esta posibilidad (2,7,23). Lesiones genitales en niños varones: Es una eventualidad bastante rara. Se han descrito va- rias lesiones de pene y escroto (edema, equi- mosis, mordeduras, cicatrices) causadas por abuso sexual. Tambien puede presentarse exu- dado uretral u otras manifestaciones clinicas o de laboratorio de una ITS. Signos anales relevantes Son aquellos compatibles con haber sido con- secuencia de la penetracion anorrectal del pene o por otra modalidad abusiva. Para lo que atane a los hallazgos anales en ca- sos de sospecha de abuso sexual infantil ca- ben algunas consideraciones similares a las realizadas respecto a las lesiones genitales. El abuso sexual suele ocurrir con indemnidad de la region anal, y esto es más cierto cuanto me- nor es la edad del niño. Paralelamente, existe una variedad de lesiones anales y/o rectales que no guardan relacion alguna con el abuso. Al igual que ciertas lesiones genitales, pueden curar sin dejar secuelas (2,16). A diferencia de las lesiones genitales en las que hay abundante producción bibliográfi- ca sobre la utilidad de la colposcopía para su diagnóstico, no hay similar experiencia sobre el uso de la endoscopia o la rectoscopia para las lesiones anorrectales. Las comunicaciones en tal sentido hacen referencia a su empleo para establecer el grado de severidad en casos de lesiones ya diagnosticadas. Otro aspecto a tener bien presente es la po- sibilidad de variantes anatomicas del ano, sin ningun significado patologico que, sin embar- go, pueden inducir a error. El llamado “ano en- treabierto” es un hallazgo nada excepcional en los controles pediátricos normales (al flexionar los muslos del niño sobre el tronco el exami- nador puede visualizar el canal anal). El “ano en embudo”, que en algunos textos clasicos se considera signo de pederastia pasiva cronica, no tiene valor alguno -como dato aislado- para afirmar o descartar que haya existido activi- dad sexual por la via anal. Sin embargo, estos hallazgos tienen un valor para el diagnostico de penetración anal cuando estan asociadas a otros signos, como el borramiento de los plie- gues radiados del margen anal, equimosis pe- rianal, desgarro, disfuncion esfinteriana o ale- gacion auténtica del nino o la nina (3). Especial interes para el medico forense tiene el conocimiento de la morfologia anal en el ca- daver. Los hallazgos anorrectales y perianales Tabla 3. Tiempo de cicatrización de los desgarros himeneales según diversos autores. Autor Tiempo de cicatrización Hoffman 2-4 días Vibert 2-12 días Du Salle 3-4 días Gisbert Calabuig 3-4 días E. Martin 3-4 días Casas Sánchez 3-4 días Balthazard 5-15 días Rojas 7 días Teke 7 días Tedeschi 7-10 días Casper 9-10 días Kvitko 10 días Lancís y Sánchez 10 días Vargas Alvarado 10 días Vanrell 14 días de Pena 15 días Tardieu 15-20 días
RkJQdWJsaXNoZXIy ODI4MTE=