Cuadernos de Medicina Forense

ANÁLISIS PSIQUIÁTRICO-FORENSE DEL ESTADO PASIONAL Villarejo Ramos A . Cuad Med Forense. 2025; 28(1):19-25 20 CUADERNOS DE MEDICINA FORENSE A S O C I AC I Ó N D E M É D I C O S FO R E N S E S D E A N DA LU C Í A S O C I E DA D A N DA LU Z A D E M E D I C I N A L EG A L Y C I E N C I A S FO R E N S E S ( A M FA - SA M E LC I F ) personalidad con ciertos estímulos y contextos ambientales y atendiendo a las oscilaciones de las ideas sobrevaloradas, síntoma primordial del es- tado pasional, éste puede alcanzar los umbrales de lo delirante (“Organizaciones delirantes transi- torias”) o transformarse en delirios sistematizados. DISCUSIÓN ESTADOS PASIONALES Siguiendo a Ribot (4), Mira López (5), Carrasco (6), Alonso Fernández (2), Gisbert Calabuig (7) y Calcedo (8), decimos que el estado pasional es una emoción prolongada que surge como reac- ción pretendidamente adaptativa y comprensi- ble ante cualquier acontecimiento que pone en riesgo la vida, la salud, el bienestar, los intere- ses personales o familiares, la moral, el sentido ético o del honor, etc. de quien lo experimenta. Emana de una intelectualización de esos acon- tecimientos asociados a la personalidad y a la biografía del sujeto. A partir de esta interac- ción entre acontecimiento, personalidad y bio- grafía se desarrollan, por vía catatímica, ideas sobrevaloradas, polarizadas sobre un objeto en particular y con un contenido que coincide es- trictamente con el colorido de la pasión (celos, desconfianza, miedo, codicia, envidia, deseos de venganza, sentimientos de engaño, ofensa o injusticia, etc. ) y rigen su conducta. La pasión no necesariamente aparece de forma inmediata tras el acontecimiento que la provoca y puede prolongarse por un tiempo indefinido. LOS ESTADOS PASIONALES COMO DESARROLLO PARANOICO Las relaciones de las pasiones con el delirio se remontan a las concepciones psicogenetistas de éste expuestas por Sthal, Heinroth, Esquirol, Leuret, etc, que defendían la teoría del origen moral, pasional o emocional del delirio. (H Ey) (9). El delirio se origina, según estas teorías, por la concurrencia de una situación vital y la emo- ción que ésta conlleva sobre una constitución caracterial previa. En esta línea, creemos que además de como reacciones vivenciales, los estados pasionales, cuando se cronifican (Alonso Fernández (2), Ey (9), pueden convertirse en paranoias, en Tras- tornos de ideas delirantes según la nosología actual. Esta transformación se hace mediante el desarrollo comprensible (Jaspers) y progresivo desde la idea sobrevalorada al delirio. Por eso Calcedo, ya mencionado, habla de las pasiones como “un desarrollo histórico”. Recordemos que Jaspers (10) acuñó el término desarrollo como el producto de una interacción comprensible entre el individuo, su biografía y el medio ambiente. En el desarrollo existi- ría una personalidad previa con determinados contenidos o caracteres que son desplegados cuando una circunstancia o acontecimiento vi- tal de resonancia afectiva fuera capaz de movi- lizarlo. Aparecen entonces las ideas deliroides (Jaspers) o el delirio paranoico. Los fenómenos psíquicos que incluye el desarrollo paranoico se consideran anormales solo si existe una alte- ración cuantitativa con respecto a experiencias humanas normales (miedo, desconfianza, celos, odio, envidia, sentimientos de humillación, ver- güenza o injusticia…). El desarrollo, en la teoría de Jaspers, es opuesto al proceso. En el pro- ceso, propio de la esquizofrenia, se pierden las relaciones de sentido y continuidad de la vida psíquica, con presentación de cualquier forma anómala de vivencia psicologicamente incom- prensible y destrucción de la personalidad. Las pasiones y el desarrollo suelen ser de curso crónico y aparecen tras un periodo de latencia mas o menos prolongado en el que cristalizan esos estados afectivos e ideas. Las ideas sobrevaloradas son el elemento clave en la pasión y las ideas delirantes lo son en la paranoia. Muchos autores (Wernicke (11), Bleuler (12), Ey (9), M. Montassut y G. Genil-Perrin (13) Leal Cercos y at. (14), DSM 5 TR (15)), admiten que existe un continuum entre ambas y con la normalidad. Veale (2002) (16), por ejemplo, afirma que la idea sobrevalorada es una creencia firmemente man- tenida (sin llegar a la intensidad delirante), alta- mente asociada al afecto y normalmente com- prensible dentro de la experiencia pasada y la personalidad alterada del individuo. El contenido es anormal para la población general (pero no bi- zarro) y puede progresar a idea delirante por la que el paciente normalmente no solicita ayuda. Son creencias asociadas con valores específicos

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