Cuadernos de Medicina Forense

HOMICIDIO POR MALTRATO CONTINUADO Fernández-Sellers C, et al. Cuad Med Forense. 2025; 28(1):35-41 36 CUADERNOS DE MEDICINA FORENSE A S O C I AC I Ó N D E M É D I C O S FO R E N S E S D E A N DA LU C Í A S O C I E DA D A N DA LU Z A D E M E D I C I N A L EG A L Y C I E N C I A S FO R E N S E S ( A M FA - SA M E LC I F ) INTRODUCCIÓN El término rabdomiolisis (RML) viene del grie- go ( ῥαβδω rabdo- , estriado, μυς myo- , músculo, y λύσις –lisis ) y describe el síndrome de destruc- ción del músculo estriado y la liberación de sus constituyentes a la circulación (1). La primera descripción completa de RML fue realizada por Bywaters y Beall en 1941 en Londres, tras ob- servar los síntomas de los pacientes que habían sido rescatados de los edificios colapsados durante el Blitz (campaña de bombardeos ale- manes en el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial) y habían desarrollado un fallo renal agudo por lesiones de aplastamiento (2). El diagnóstico de RML -tanto antes como después de la muerte- puede ser un reto (3). Clínicamente se apoya en test séricos y urinarios y en casos de incertidumbre, se puede recurrir a técnicas de imagen (4). La presentación clásica es dolor muscular, debilidad y coluria con una marcada elevación de creatina quinasa (CK) de cinco a diez veces por encima de los niveles normales (4,5). La identificación post mortem se basa principalmente en la determinación bio- química e inmunohistoquímica compleja (3,6,7). En el ámbito de la patología forense, en casos de autopsias de muertes violentas con múltiples contusiones evolucionadas puede producirse una RML por afectación muscular traumática y ser la causa de la muerte o participar en ella (6,7). Se presenta un caso de homicidio por mal- trato continuado en el que fue decisiva la iden- tificación inmunohistoquímica post mortem de mioglobinuria. PRESENTACIÓN DEL CASO Autopsia médico legal de un hombre de 60 años que ingresa cadáver en Urgencias Hospitalarias (sin llegar a realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzadas). La investigación judicial apunta a una posible muerte por mal- trato continuado. La autopsia no puede esta- blecer una causa traumática clara de muerte, pero confirma la presencia de múltiples heridas y contusiones en diferentes estadios evolutivos (semanas o meses de antigüedad) junto con lesiones perimortales en las mismas regiones (Figura 1). El estudio histopatológico confirma los periodos evolutivos lesionales y comprueba además patología sistémica de origen postrau- mático reciente relacionada con la causa final de la muerte: embolia grasa sistémica pulmo- nar y renal y necrosis tubular aguda renal con mioglobinuria por RML (Figura 2). La confirma- ción de la diferente evolución de las lesiones, Figura 1. Múltiples heridas y contusiones con hematomas en diferentes regiones del cuerpo, algunas de ellas figuradas.

RkJQdWJsaXNoZXIy ODI4MTE=