Una Imagen

Asfixia autoerótica. La escena de la muerte

Autoerotic asphyxia. The scene of the death

PDF

A. Sibón Olano1; P. Martínez-García2; C. Quesada Palacios2; M.A. Vizcaya Rojas3

1Médico Forense. Servicio de Patología Forense. IML de Cádiz.
2Médico Forense. Servicio de Clínica Forense. IML de Cádiz.
3Profesor Titular de Medicina Legal y Forense. Universidad de Cádiz.

Cuad Med Forense. 2010; 16(3):167-170

Fecha de recepción: 9.NOV.2009; Fecha de aceptación: 16.NOV.2009

RESUMEN


En números anteriores de nuestra revista se han tratado, con profusión de imágenes, las asfixias mecánicas; tanto en su aspecto macroscópico, como microscópico. Hoy mostramos una ahorcadura, atípica hasta hace escaso tiempo en nuestro medio, la "asfixia autoerótica".
El diagnóstico de la naturaleza de la muerte (accidental, suicida e incluso homicida) ha sido muy discutido, teniendo un papel fundamental en su aclaración, la Diligencia de Levantamiento de Cadáver. Un examen meticuloso del lugar de los hechos nos va a orientar de manera definitiva sobre la naturaleza del óbito.

Palabras clave: Asfixia autoerótica. Hipoxifilia. Asfixiofilia.  

ABSTRACT


In previous numbers of our magazine one has treated, with profusion of images, the asphyxiations mechanics; so much in their macroscopic aspect, as microscopic. Today we show a hanging, atypical up to scanty time ago in our way, the "autoerotic asphyxiation".
The diagnosis of the nature of the death (accidental, suicidal and enclosed killer) has been very controversial, having a fundamental role in his explanation the scene of the death. A meticulous examination of the place of the facts is going to orientate us in a definitive way on the nature of the death.

Key words: Autoerotic asphyxiation. Asphyxophilia. Hypoxyphilia.  

El caso que traemos hoy a colación es el de una asfixia atípica. A través de la mirada indiscreta de unas vecinas por las ventanas de una casa de campo en obras, se conoce que existe un individuo en extraña posición y al parecer colgado del techo.

Avisadas las fuerzas de seguridad, se constituye la comisión judicial procediéndose a forzar el acceso a la vivienda que se encuentra totalmente en obras en su interior.

En el salón de la casa, bajo una escalera de mano colocada horizontalmente entre dos muebles de la que pende un arnés de los usados en paracaidismo y una cadena de gruesos eslabones, se encuentra el cadáver desnudo de un varón centro-europeo de 59 años de edad (Figuras 1 y 2).

El cadáver se encuentra inclinado hacia delante del arnés de paracaidismo (el cual es usado a modo de mecanismo de seguridad en una maniobra de asfixiología) con la cadena de eslabones a modo de lazo de ahorcadura con varias vueltas al cuello (Figuras 3 y 4). Así mismo, presenta eyaculado evidente, teniendo depilado el pubis.

Frente a él existe una cadena de TV por cable con imágenes de películas X y, al lado, una mesa en la que se encuentran periódicos con páginas de contactos, fotografías de jóvenes de sexo femenino e incluso direcciones de night clubs cercanos con recibos de cajeros electrónicos de gastos efectuados en los mismos. Un reloj de arena múltiple, de distintos colores, y con el tiempo agotado en cada uno de ellos es el cronómetro mudo que ha presenciado el desenlace de los hechos. La autopsia evidencia una asfixia mecánica por ahorcadura.

Discusión

La hipoxifilia es una técnica oriental importada al mundo occidental que consiste en alcanzar la excitación sexual por privación de la oxigenación, lo que se intenta mediante la introducción de la cabeza en una bolsa de plástico, ligaduras en el cuello, maniobras de estrangulación a mano, etc. En estos casos puede ocurrir la muerte de manera accidental1. El manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, DSM- IV- TR, lo califica como una forma particularmente peligrosa de masoquismo y añade a los mecanismos, antes citados, el uso de sustancias químicas como el nitrito volátil que produce un descenso temporal de la oxigenación cerebral por vasodilatación periférica2.

El término parafilias se ha formado a partir de la conexión de las palabras griegas pará «cerca de» y de philein, «amar»; podríamos conside-rar parafílicos a aquellos sujetos cuya activación sexual es ante objetos, sujetos o situaciones que no forman parte de las «pautas normativas habituales» de excitación sexual. Los parafílicos están sujetos a fantasías o realidades sexuales realmente insólitas, extrañas y relativamente pocos comunes que se convertirán en el foco principal, y a veces exclusivo, de su comportamiento erótico3. La CIE 10 lo incluye bajo el epígrafe F65.8, Otros trastornos de las inclinaciones sexuales, considerando que constituyen una anormalidad cuando sustituyen a los contactos sexuales ordinarios4.

La muerte ocurriría por obstrucción de la carótida que causa hipoxia cerebral, que aparecería en el momento del orgasmo, y una vez inconsciente el individuo queda desvalido y, a no ser que sea ayudado, ocurriría la muerte5. Han existido controversias sobre la naturaleza de la muerte, habiendo sido considerada en ocasiones suicida e incluso homicida. En la actualidad la naturaleza de la muerte debe considerarse accidental6-8. Así vemos que la Corte de Apelación de Nueva York en 2004, ante un litigio en que la compañía de seguros se niega a pagar una indemnización, al considerar la muerte como suicido, estima que la muerte debe encuadrase como un accidente, dado que el difunto tenía una expectativa subjetiva de supervivencia, y que tal expectativa era objetivamente razonable9.

Resulta fundamental para establecer la naturaleza de la muerte, la Diligencia del levantamiento del Cadáver. Existe discrepancia en relación al sexo. Di Maio señala que la víctima es con mucha frecuencia una mujer10, mientras que Knight opina que el síndrome está casi totalmente confinado al hombre11. La mayoría de los casos consultados en la bibliografía y nuestra casuística se corresponden con hombres. Esta discrepancia puede ser debido a factores culturales, étnicos y religiosos, que influyen en el comportamiento sexual de los individuos.

El escenario de la muerte, en general, tiene una ubicación aislada, con una expectativa razonable de intimidad12; suelen estar desnudos, algunos pueden encontrase vestidos con prendas de vestir femeninas y otros, si están vestidos normalmente, se pueden encontrar con el pantalón abierto13 y hay pruebas de la manipulación de los genitales. Es frecuente la protección del cuello con un material suave, pañuelo, chaleco u otra tela, interpuesto entre el lazo y la piel14. La presencia de ayudas eróticas y revistas pornográficas es también frecuente15, como ropas del sexo opuesto, artículos o «juguetes sexuales» e incluso maniquíes de alguna celebridad16. Por último, no se puede olvidar que hay otros mecanismos de muerte en las prácticas autoeróticas como la electrocución, la perforación de víscera hueca por introducción de objetos por uretra o recto, hipertermia por exceso de ropas y látex, etc.17.

Se puede concluir, como expone el criminólogo norteamericano Brent Turvey, que «existe una población diversa de individuos que encuentran la asfixia autoerótica y otros comportamientos autoeróticos peligrosos sexualmente gratificantes. Su comportamiento no es criminal. Es una forma peligrosa de masturbación. Su muerte subsecuente es accidental. Por razones sociales o personales, los investigadores patólogos pueden caer en la ignorancia de algunos mitos que rodean a la muerte autoerótica. Éste es un error que no se puede cometer a la luz de la responsabilidad del patólogo»18.

Bibliografía

  1. Carrasco Gómez JJ, Maza Martín JM. Manual de Psquiatría Forense (3aedic). Madrid: La Ley Actualidad, S.A. 2005;1281-314.
  2. López-Ibor Aliño JJ, et alDSM-IV-TR Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Barcelona: Masson 2002;640-1.
  3. Farre Martí F. Las parafilias en psiquiatría. En: Delgado Bueno S, et alPsiquiatría legal y Forense.Tomo II. Madrid: Edit Colex 1994;165-207.
  4. López Ibor JJ. CIE 10 Trastornos Mentales y del Comportamiento. Madrid: Meditor 1994;173-6.
  5. CooKe CT, Cadden GA, Margolius KA. Autoerotic Deatha: Four Cases. Pathology1994;26:276-80.
  6. Tornel G, et al. Complete Autoerotic Asphyxiation: Suicide or Accident? The American Journal of Forensic Medicine and Pathology2001;22(2):180-3.
  7. Barbería Marcalain E, Correas Soto CJ, Miró García F. Dos casos de muerte debida a sofocación por bolsa de plástico. Cuad. med. forense2004;37:49-56.
  8. Concheiro L, Suárez JM. Asfixias Mecánicas. En: Villanueva E. Gisbert Calabuig, Medicina Legal y Toxicología6aedic. Barcelona: Masson 2004;460-78.
  9. United States Court of Appeals for the Second Circuit. Disponible en: http://www.google.es/url?sa=t&source=web&ct=res&cd=1&url=http%3A%2F%2Fcaselaw.findlaw.com%2Fdata2%2Fcircs%2F2nd%2F027585pv2.pdf &ei=vDG_Ss7SF9yhjAf_37Ue&usg=AFQjCNG8kItAvQaZMeEqeD7woejxt_VFqQ&sig2=2i10Hsxt5vX6KKjcX0v4MA
  10. Di Maio VJM, Dana SE. Manual de Patología Forense. Madrid: Edit Diaz de Santos. 2003;146.
  11. Knight B. Medicina Forense de Simpson. México: El Manual Moderno 1999;113-4.
  12. Janssen W, et al. Forensic aspects of 40 accidental autoerotic deaths in Northern Germany. Forensic Science International2005;147S:S56/-S64.
  13. Musshoff F, Padosch S, Kroener L, Madea B. Accidental Autoerotic Death by Volatile Substance abuse or Nonsexually Motivated Accidents? The American Journal of Forensic Medicine and Pathology. 2006;27(2):188-92.
  14. Memchoubi Ph, et al. Auto erotic hanging brought as a case of suicidal hanging – a case report. JIAFM2004;26(3):119-20.
  15. Simon RI. Naked Suicide. J Am Acad Psychiatry Law2008;36:240-5.
  16. Fedakar R, Akan O, Eren B. Autoerotic Asphyxia by Hanging. J Pak Med Assoc2008;58(8):462-4.
  17. Byard RW, Eitzen DA, James R. Unusual Fatal Mechanisms in Nonasphyxial Autoerotic Death. The American Journal of Forensic Medicine and Pathology. 2000;21(1);65-8.
  18. Turvey BE. An objective overview of autoerotic fatalities. Disponible en: http://www.corpus-delicti.com/auto.html

Dirección para correspondencia:
Dr. Pedro Martínez-García.
Instituto de Medicina Legal.
c/ Sánchez Barcaiztegui, 3
11071 Cádiz.
E-mail: pedro.martinez.garcía@juntadeandalucia.es