Comentario de libros
Essential forensic neuropathology
Cuad Med Forense. 2014; 20(2-3):136-138
La complejidad del sistema nervioso central y las dificultades que presenta su correcta disección hacen que la Neuropatología forense sea el más importante de los retos con que se encuentra la medicina forense, y ante el cual el arma más eficaz es el estudio de un libro tan completo como este, que firman sus tres autores patólogos del estado de Maryland, en contenido y detalles, aunque venga clasificado de esencial.
El libro sigue las modernas tendencias editoriales en Medicina encuanto a formato, encuadernación, titulaciones, encuadres, diferencias en tipo y coloración de las letras, y esquemas y sobretodo tablas, figuras, fotografías de gran calidad y colocación de la bibliografía al final del capítulo, todo lo cual hace que pueda ser considerado tanto como atlas como libro de estudio y de consulta.
La obra está compuesta de 24 capítulos, que agrupando algunos de ellos pueden corresponder a patología traumática, vascular, metabólica, tumoral, neurodegenerativa, desmielinizante y tóxica, a los cuales habría que añadir los dedicados a procesos no asociados a una etiología predeterminada, como la muerte súbita y el abandono negligente de adultos y lactantes, y los dos importantes últimos capítulos dedicados a neurorradiología postmórtem y a artefactos y falsas apariencias (mimickers).
A nuestro entender, el estudio de la Neuropatología forense no ha sido suficientemente agotado, siendo este el primer texto especializado que ha llegado a nuestras manos, por lo que no extraña que sorprendan por demostrativas algunas descripciones y muchas de sus microfotografías. Además de ello, sobresale el tratamiento dado en sus correspondientes capítulos a procesos tales como el estado de confusión sin pérdida de consciencia acompañado de parálisis (lockedin), las petequias perivasculares por electrocución, las no siempre específicas lesiones cerebrales por hipertermia o hipotermia, las diferencias de los efectos lesivos por sacudida o impacto cerebral, la distinción entre edema (aumento de contenido líquido) e hinchazón cerebral (aumento por expansión intravascular o intraventricular), las lesiones encefálicas por reacción adversa a drogas de abuso,la importancia de las lesiones en las arterias carótida y vertebral en los traumatismos craneoencefálicos y cervicales, los efectos cerebrales de la hipoglucemia y de las intoxicaciones cianhídricas y por monóxido de carbono, y el daño pleomórfico encefálico producido por enfermedades mitocondriales (epilepsia mioclónica y los raros síndromes de Kearns-Sayre y de Leigh).
Obviamente, son importantes desde el punto médico forense los hallazgos en la autopsia de lesiones producidas postmórtem por putrefacción, por extracción del eje encefalomedular y por la fijación previa de los cortes, y aquellos otros causados por una acción quirúrgica previa y los tipos de estructura interpretables como patológicos, tales como la pseudomeningitis infantil debida a la propia hipercelularidad de las leptomeninges del niño, la pseudo encefalitis del recién nacido por su particular tendencia a la profusión de neuroblastos migrantes y la pseudohemorragia subaracnoidea en los adultos por una ocasional hiperpigmentación por melanina, con posibilidad de interpretación como hemocromatosis o traumatismo antiguo.