Bibliofilia Médicolegal
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Cuad Med Forense 2002;8(28)60
Dentro de la amplia obra de Tardieu, figura este libro como el más destacado, siendo objeto de sucesivas ediciones, sienta esta la traducción de 1882 de la séptima en su idioma original, edición a la que el propio autor señala una relevancia especial por incluir, según sus propias palabras, descripciones de «hechos completamente nuevos recogidos en peritaciones sin precedentes», lo que debe interpretarse como reflejo del cambio de la delitología en Francia en el último tercio del siglo XIX.
El libro, de 422 páginas, está redactado con la claridad y el arte descriptivo propio de la literatura médica francesa, pero aquí se ve, además, el estilo propio del autor en su concisión, en su rigor y en su elegancia, esto último demostrando la delicadeza con que trata puntos escabrosos, a pesar de que al empezar a escribir anuncia que no retorcerá ante detalles que pudieran sublevar el pudor. También puede situarse a Tardieu, como el que más valoró la experiencia personal y luchó contra la reproducción de los errores «puestos por primera vez en circulación por el viejo Zacchias».
Se tratan por separado tres temas, siendo el primero el que trata sobre los entonces llamados ultrajes al pudor, que a su vez incluye el exhibicionismo (con la descripción entonces vigente de su posible motivación por patología urológica), las fotografías obscenas (entonces gran novedad) y la bestialidad (con algún confusismo terminológico).
El segundo tema es el que se refiere a la violación y los atentados al pudor. Es el más extenso y en él destacan las descripciones del himen (con cinco espléndidas láminas), la insistencia a no considerar su rotura como signo cierto y las diferencias entre sífilis y blenorragia por el carácter del pus, pero lo de mayor interés es el planteamiento de cuestiones en número de veinticinco (cifra muy superior a las cuatro que utilizan Briand y Chaudé y a la diez de que se sirve Foderé). También destaca el criterio entonces en boga de atribuir la protrusión y delustración de los labios menores a uso inmoderado de las relaciones sexuales, lo que pudiera relacionarse con el término actual de ninfomanía.
En tercer lugar se trata la pederastia y la sodomía, con una amplia descripción no solo de los signos de agresión reciente, sino de los propios hábitos sexuales por el aspecto del ano en los pasivos (infundibiliforme) y del pene en los activos (de perro o canus more). Las observaciones que a continuación describe con detalle recogen ochenta y un casos, muy probablemente su experiencia total en el año de esta séptima edición.